miércoles, 27 de marzo de 2013

Día 3. Largos paseos y compras por Amsterdam!!

Nos despertamos temprano y empezamos el día compartiendo conversaciones y risas... Que buenos momentos nos está regalando esta escapada de amigas!
Bajamos a desayunar y la sorpresa nos la llevamos al salir a la calle y ver los coches nevados. Las previsiones meteorológicas parece que no van a fallar, si ayer tuvimos un día pasado por agua hoy nos espera un frío del carajo.


Aprovechamos el momento del desayuno para organizar el día; no tardamos en coincidir en que vamos a dedicar el día a perdernos por las calles de esta bonita ciudad buscando esos rincones de cuento que hemos visto en fotos.

Nuestra primera parada nos llevará sin mucho éxito a Albert Cuypmarkt, el mercado más famoso de la ciudad. Después de darnos el paseo, no hay rastro de mercado por ningún sitio... Además las calles están desiertas, cosa que no nos extraña porque con este frío hay que ponerle un punto de locura para callejear!!! Al final un alma caritativa nos informa que los domingos es el único día de la semana que no montan el mercado, nos ha entrado una risa tonta difícil de explicar...
Albert Cuypmarkt está situado en el corazón del barrio obrero De Pijp. A principios del siglo XX se reunían los comerciantes de verduras y frutas en esta zona de manera desordenada; plantaban los carromatos en medio de la calle y eran frecuentes las peleas entre los vendedores. El ayuntamiento decidió tomar cartas en el asunto y organizar el mercado para evitar el caos, empezando a otorgar permisos reglados y sitios fijos para los feriantes. Si en Amsterdam conviven un total de 150 nacionalidades diferentes, todas ellas pueden verse reflejadas en este mercado. Nos hemos quedado con las ganas de perdernos por los puestos, así que lo apuntamos para futuras escapadas a esta ciudad.

Cuando oímos hablar de Holanda a todos nos vienen a la mente las imágenes de sus famosos molinos. En los límites del centro histórico de Amsterdam tenemos la oportunidad de visitar uno de ellos, así que cogemos el tranvía dirección a Funenkade. Aunque hemos estado un rato dentro del tranvía, habríamos deseado que el viaje durara más porque al bajar volvemos a sufrir el frío intenso que parece nos va a acompañar el resto de día.


De Gooier, es el molino de viento que data del año 1725 al que acuden visitantes a hacerse la típica foto con un molino holandés de fondo.


A pesar de que Holanda es conocido como el país de los molinos de viento, en realidad no quedan muchos en funcionamiento o buen estado. 


Nuestra idea era visitar el molino, pero, cuando hemos llegado estaba cerrado. Actualmente es propiedad de la fábrica de cerveza Het Ij y según nuestra guía se encuentra abierto al público y todos los viernes por la tarde se puede disfrutar de una visita guiada con degustación de cervezas de forma gratuita.
En cuanto vemos la cafetería que hay al lado del molino decidimos entrar y disfrutar de un café de esos que se alargan compartiendo aventuras que consiguen arrancarnos más de una sonrisa.


Mientras pagamos no puedo dejar de pensar que voy a echar mucho de menos estos momentos cuando volvamos a la rutina del día a día...


Volvemos paseando hasta la parada del tranvía; miramos la vista atrás y nos damos cuenta que hemos encontrado uno de esos rincones con un encanto especial que guarda esta preciosa ciudad.


Subimos el tranvía sin un rumbo fijo, nos dejamos llevar por instintos y cuando vemos una plaza que llama nuestra atención decidimos bajarnos.

Si hay algo que enamora de esta ciudad son sus calles. Preciosas estampas que parecen sacadas de cuadros pintados con la máxima delicadeza.


A pesar del frío que hace no podemos dejar de sentarnos y disfrutar de la calma que se respira en esta zona  observando todo lo que nos rodea. 


Estrechas callejuelas bañadas por canales y repletas de bicicletas... Reme donde vas sin nosotras???


Parece que en todas las ciudades del mundo tiene que haber un barrio chino y Amsterdam no podía ser menos. Aunque es pequeño y poco conocido, es uno de los más antiguos de Europa. Se encuentra en pleno centro de la ciudad y se puede disfrutar de muchos restaurantes chinos, tiendas de souvenirs repletas de objetos orientales y centros de masaje. Es fácil darse cuenta que estamos en el barrio chino porque el nombre de las calles empieza a estar escrito en chino y holandés.


Enseguida cambiamos las letras chinas de los carteles por las luces rojas que nos indican que estamos entrando en el famoso barrio rojo.


En pleno corazón de Amsterdam se encuentra el barrio rojo donde destacan la gran cantidad de neones y luces rojas que adornan sus escaparates. La prostitución es conocida como " el negocio más antiguo del mundo" y es que ya en la edad media, los burdeles de esta ciudad eran administrados por el Sheriff y sus hombres de confianza. Las primeras vitrinas de esta zona datan de principio del siglo XVII, actualmente las prostitutas siguen mostrándose en los escaparates para ofrecer sus servicios generando gran expectación entre los viandantes.


Seguimos perdiéndonos por las preciosas callejuelas y aprovechamos para comprar algún regalito para la más pequeña de la familia. Ana que tal esos caramelos?
Amsterdam esconde rincones que parecen sacados de un cuento!!


En los alrededores de la Plaza Dam se encuentran las calles más comerciales de la ciudad y en toda escapada de amigas tiene que existir el rato de compras, a nosotras nos encanta perdernos por mercadillos y tiendas y dar rienda suelta a nuestro lado consumista!!
Si llegamos a facturar maleta, nos llevamos media tienda... Por qué todo nos parece que queda genial en nuestro armario?


Nuestra siguiente parada cultural nos lleva al famoso jardín Begijnhof, construido en sus inicios como un convento de monjas beduinas.


Esta congregación, muy extendida en los Países Bajos y Bélgica, no era una congregación de monjas al uso. Las beguinas tenían que ser solteras o viudas y aunque entregaban su vida a los más necesitados y a vivir en castidad dentro de los confines del convento, éste podía abandonarse en cualquier momento y muchas lo hacían para casarse.
Las casas tenían sus lujos, no como las monjas de otras órdenes religiosas en las que el voto de pobreza era tan importante o más que el de castidad.


Actualmente, una fundación se ha hecho cargo del gobierno de la propiedad y alquila las casas a mujeres católicas viudas o solteras mayores de 30 años. Si decidís visitar Amsterdam os recomendamos que os dejéis llevar por la calma que se respira en Begijnhof!


Los paseos y las compras nos han abierto el apetito y vienen a nuestra mente los quesos que ayer probamos en las tiendas del mercado de las flores. Chicas nos animamos a repetir el aperitivo low cost? No ha hecho falta insistir mucho que ya estamos de camino al mercado de las flores!


Aprovechamos para hacer alguna compra en los puestos del mercado; entre tanto color y olor es difícil resistirse!


Menudas risas haciendo el aperitivo, se nota que es la segunda vez que hacemos el recorrido y ya tenemos claro lo que más nos gusta de cada tienda. Si la escapada a Amsterdam dura más días ponen nuestras fotos en la puerta con prohibido el paso...


En un principio queríamos ir a comer al italiano de la Plaza Dam que tanto nos ha gustado, pero, casi no tenemos hambre así que nos vamos a conformar con picar algo de comida rápida en las calles comerciales que rodean el mercado.

Como el viernes se olvidaron de quitarnos la entrada del paseo por los canales en el barco de Heineken vamos a repetir de día; así podremos decidir si la ciudad desde el agua nos gusta más de noche o de día.
Al llegar al embarcadero vemos que el siguiente barco saldrá en media hora, sin perder tiempo nos vamos a tomar una cerveza al bar Carrusel que tanto nos gustó el primer día.


La espera se hace corta entre confidencias y risas. Chicas pensamos en verde?


Vamos puntuales para coger sitio porque con el frío que hace hoy no vamos a quedarnos en la cubierta y menuda suerte la nuestra, nos ha tocado en los únicos asientos que no se ve nada; la culpable es una gran pegatina de Heinken que ocupa toda la ventana. No nos va a quedar otra que hacer el trayecto con la ventana abierta! Mejor nos lo tomamos con humor....


Reme te ofreces voluntaria para hacer las fotos del paisaje?


Después de los largos paseos por la ciudad y dos viajes en barco por los canales podemos decir que hay que visitar Amsterdam desde las dos perspectivas: la tierra y el mar. La ciudad no podría entenderse de otro modo que no fuera la simbiosis de estos dos elementos. Sus habitantes así la disfrutan, muchos de ellos viven sobre sus aguas en las famosas casas barco. En tierra, el pedaleo de las bicicletas marcan el ritmo de la ciudad.



El viaje ha llegado a su fin y nada más bajarnos del barco nos damos cuenta que todavía nos espera el último paseo por la ciudad aprovechando que empieza a atardecer y los edificios empiezan a iluminarse.


Disfrutamos mucho de este momento, pero, conforme va anocheciendo el frío se hace insoportable y empieza a caer agua nieve.




La escapada está llegando a su fin y en unas horas estaremos cogiendo el avión que nos llevará de vuelta a casa. Que mejor manera que terminar esta aventura holandesa con una cena-picnic en la habitación del hotel compartiendo largas conversaciones donde el cachondeo está asegurado....

Esta ciudad nos tenía reservado otro de esos rincones que nos han robado el corazón!










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