martes, 31 de julio de 2012

Día 5. Disfrutando del atardecer en el desierto de Jaisalmer!!

Nos despertamos temprano porque hoy hemos quedado con Bauart a las 08:30 horas para seguir con nuestra ruta por India.
El servicio del hotel es excelente, nosotros sólo nos tenemos que preocupar de disfrutar de un buen desayuno mientras ellos se encargan de llevar nuestro equipaje a recepción. 
Después de nuestra estancia en el hotel Laxmi Niwas Palace, recomendamos este alojamiento de Bikaner por su ubicación, servicios y calidad. Está un poco alejado del centro de la ciudad, convirtiéndolo en un oasis de tranquilidad después de todo el día visitando la ciudad.

Salimos puntuales, por delante nos esperan unas 5 horas de viaje, así que, compramos bebidas, preparamos música, cámara de fotos y empezamos la ruta.



Conforme vamos haciendo kilómetros vemos que en los lados de la carretera hay camiones de militares, Bauart nos dice que no nos preocupemos es algo normal en esta zona porque la frontera con Paquistán se encuentra a unos 50 kilómetros.


Decidimos hacer una parada en Phalodi, un pueblo nada turístico y así mezclarnos un rato entre sus gentes, calles, mercados…
Esta situación me resulta muy graciosa porque en cuanto bajas del coche empiezan a mirarte con mucha curiosidad, pero, al no estar acostumbrados a los turistas no se agolpan con el fin de venderte souvenirs.
Callejeamos teniendo que esquivar vacas, personas, motos incluso algún que otro camello.




Entramos en un pequeño templo que hay en el pueblo y salimos de allí encantados, es pequeño pero con mucho encanto. Sus paredes están llenas de cristales y color.



Desde la terraza del templo podemos ver las casas del pueblo.

  

Aquí he vivido uno de las anécdotas, hasta ahora, más entrañables; un niño ha entrado con nosotros al templo y no dejaba de mirarme las gafas de sol, en cuanto ha tenido ocasión me las ha pedido y ha ido un rato con ellas puestas riéndose. Os puede parecer una tontería, pero, aquí casi nadie lleva gafas y no es porque todos tengan la vista perfecta sino que es un símbolo más de diferencias de clases!



Seguimos el viaje hasta Jaisalmer y cada vez vemos más militares, en la entrada a la ciudad hay una base militar. Bauart nos explica que es una profesión muy valorada en India, pero, sólo puedes acceder a ella según la casta a la que perteneces.

Para nuestra estancia en Jaisalmer hemos escogido el hotel Fort Rajwada, por fuera parece una fortaleza.



Las instalaciones de este hotel son impresionantes y el personal se muestra muy atento y servicial.

 


Esta tarde tenemos contratada una excursión por el desierto del Thar y hasta ese momento nos tomamos tiempo libre para comer y  disfrutar de un baño en la piscina.



Puntuales salimos con Bauart para disfrutar de una tarde en el desierto. Nada más salir de la ciudad el paisaje es muy árido, la arena del desierto invade parte de la carretera, unos 40 kilómetros nos separan de Paquistán así que hay muchísima vigilancia.
Mi última experiencia con camellos fue en Dubai y no guardo muy buen recuerdo, todavía me río al recordarlo!!



Nos subimos al camello y vamos adentrándonos en el desierto, durante más de media hora disfrutamos de la experiencia hasta llegar a las dunas más altas donde pararemos para ver la puesta de sol.


Nada más bajarnos se acercan mujeres y niños a bailar y cantar, no me lo puedo creer si yo quiero disfrutar de un momento de tranquilidad! La solución en este caso es sencilla, nada más darles unas rupias se van a la caza de otros turistas… Es algo normal, son técnicas de supervivencia!!




La puesta de sol es muy bonita, una experiencia de las que quedan grabadas en la retina durante mucho tiempo!




Cuando empieza a anochecer volvemos a la base donde se está nuestro coche, pero, sin saber muy bien porque mi guía-camello decide hacer correr al camello por las dunas! Mi cara debía ser un poema porque el señor enseguida ha hecho para al camello, pero, tan fuerte que el camello me ha dado un cabezazo en la rodilla!! El moratón en mi rodilla lleva más de dos días acompañándome en esta aventura india…. Si ya digo yo que lo mío no son los camellos!!!

Volvemos a Jaisalmer para cenar, queremos cenar en el Restaurante Saffron. Al bajarnos del coche, es de noche y la única luz que hay en las calles es la que dan los puestos callejeros y los restaurantes; esto es un caos!



El restaurante está muy bien, las vistas del fuerte desde aquí son muy bonitas, pero, volveremos para verlas de día. Hay mucha variedad en Saffron, se puede elegir entre comida occidental, india y china. Cenamos compartiendo aventuras con Bauart, en un principio él es reticente a aceptar nuestras invitaciones, pero, cada día está más suelto y nos lo pasamos genial con él intercambiando experiencias. Toda la comida está buenísima y por unas 700 rupias (menos de 10 euros) cenamos sin poder acabarnos toda la comida que ponen en la mesa.

Nos volvemos al hotel que hoy juega nuestra selección contra Croacia y queremos verlo! Preparamos la bandera que hemos traído de casa y unas cervecitas y ya estamos preparados para disfrutar de la victoria de España!!
Cuando me pongo a dormir, no puedo dejar de pensar en todas las situaciones impactantes que he vivido durante el día, pero, al final me vence el cansancio… Increíble India!!!










viernes, 27 de julio de 2012

Día 4. Haciendo vida de maharajá en Bikaner!!

Desde primeras horas de la mañana el sol luce con fuerza; en cuanto abrimos la puerta de la habitación para subir a la terraza a desayunar los niños se acercan corriendo a darnos los buenos días. El desayuno en la casa es sencillo pero reconfortante.
Nos despedimos de toda la familia de Abishek y seguimos nuestra ruta por India, la siguiente parada la haremos en Bikaner.

A pesar de pasar varias horas en el coche no se nos hace pesado porque vamos hablando todo el rato con Bauart, él tiene mucha curiosidad por saber que hay fuera de su país y nosotros queremos saber el máximo del día a día de la sociedad india.
Durante el trayecto se repiten las imágenes del día anterior: gente trabajando a los lados de la carretera, animales campando a sus anchas, conductores arriesgando al máximo en la conducción…





Al pasar por uno de los pequeños pueblos, nos invade el color de los sariis, un grupo de mujeres al vernos empieza a cantar y bailar mostrándose encantadas con nuestra presencia.



Antes de entrar a Bikaner nos desviamos unos 30 kilómetros para poder visitar Karni Mata Temple, más conocido como el Templo de las Ratas.


El famoso templo está situado en un plaza llena de tiendas de productos típicos y locales donde los devotos compran alimento que utilizan como ofrenda para estos animales.

 

Desde un principio yo he tenido claro que no quería visitar el Templo, pero, Mateo ha decidido compartir esta experiencia con Bauart.
Para entrar al Templo de las Ratas es necesario descalzarse, el señor encargado de custodiar los zapatos me ofrece quedarme allí con él mientras ellos visitan el templo.

El Templo de las Ratas data del siglo XVII y está consagrado a Karni Mata, una encarnación de Durga.



Sus puertas son de plata labrada regalo de sir Ganga Singh.


Para nosotros resulta difícil entender que todas las personas alimenten a las ratas con dulces y leche, pero, para ellos son sagradas por dos motivos. En primer lugar, la religión hinduista cree en la reencarnación como pilar básico de sus creencias y considera a las ratas reencarnación de los niños y jóvenes que han muerto.
En segundo lugar, la religión hinduista tiene unos 4000 dioses, siendo Brahma, Durga y Ganesha sus tres dioses principales; cada uno de ellos utiliza un animal como medio de transporte: Ganesha utiliza la vaca o búfalo, Durga la rata y Brahma la serpiente. Éste es el principal motivo por el que estos animales pasan a ser sagrados para los hinduistas.
El rato que he pasado en la calle ha sido muy divertido, no entienden porque no me gustan las ratas; cada recogida de zapatos se convierte en un interrogatorio, quieren saber de donde soy, mi nombre…
Bauart sale del templo emocionado porque entre todas las ratas, se ha cruzado la rata blanca y para ellos es señal de muy buena suerte. La experiencia a Mateo le ha resultado chocante, todo lleno de ratas y personas cumpliendo con sus tradiciones.


Seguimos hacia Bikaner y vamos en primer lugar al hotel. Para nuestra estancia en esta ciudad hemos elegido el Hotel Laxmi Niwas Palace, cuando hemos entrado al recinto privado nos hemos quedado alucinados, es espectacular!


Es uno de los antiguos palacios del maharajá que han pasado a gestión privada reservando un área como residencia privada para sus estancias.
El trato desde un principio es excelente, nos enseñan el palacio, las zonas comunes y al llegar a nuestra habitación comprobamos la calidad de las instalaciones.






Paseamos un rato por sus jardines hasta que viene Bauart a recogernos porque queremos visitar el Fuerte de Bikaner, una vez pasamos la barrera del hotel nos volvemos a encontrar con la verdadera India!

Bikaner fue uno de los tres grandes reinos de Rajasthan junto a Jodhpur y Jaisalmer y prosperó gracias a su emplazamiento estratégico en las rutas de caravanas a Asia Central y China.
Junagarh, es el Fuerte de Bikaner considerado el mejor conservado y ornamentado de todos los fuertes de Rajasthan. Para poder acceder tenemos que comprar las 250 rupias que cuesta la entrada.


Al traspasar la puerta nos metemos de lleno en el mundo de los marajás.


El Fuerte de Bikaner se construyó entre 1587 y 1893, está protegido por una muralla de arenisca de 968 metros de largo, con 37 bastiones, un foso y el desierto del Thar. Estas condiciones hacen que Junagarh jamás haya sido conquistado y podamos disfrutar de las perfectas condiciones en las que se encuentra.




Nuestra primera parada nos lleva al pabellón Anup Mahal, lo construyó el maharajá en 1690 como salón de audiencias privadas. Las paredes están llenas de pinturas, espejos y pan de oro; se conserva uno de los sillones del maharajá.



Los patios son muy bonitos, llenos de columnas muy ornamentadas. Todos los pabellones que están abiertos para el turismo son espectaculares, en ellos se pueden ver objetos personales como el columpio, las camas, sofás…





Las vistas que hay desde la parte más alta del Fuerte son impresionantes, la gran muralla siguen en pie separando Junagarh del resto de la ciudad y del desierto.


El calor es insoportable, así que desistimos de pasear por sus calles y nos vamos al hotel. El resto de la tarde la dedicamos a disfrutar de la piscina del hotel, rodeada por el mismo palacio.



Estamos tan bien que nos quedamos a cenar mientras vemos un espectáculo de danzas típicas. El servicio en Laxmi Villas Palace podemos decir que es excelente, cuidan hasta el más mínimo detalle haciéndote sentir como verdaderos maharajás!!