domingo, 6 de mayo de 2012

Día 14. Nuestro último día en Kioto.

Hoy es nuestro último día en Kioto y nos lo vamos a tomar con mucha calma, así que nada mejor para empezar el día que un buen desayuno. Mientras damos buena cuenta de dulces, zumos y cafés miramos el plano de Kioto y ubicamos aquellos lugares que todavía no hemos visitado.

Salimos del hotel con dirección al Castillo de Nijo y enseguida llega a la parada de autobús el 101 que nos dejará en la puerta del castillo.
Aunque Nijo no posee las grandiosas fortificaciones de otros castillos japoneses, destaca por la poca ornamentación de sus interiores y por los denominados suelos de ruiseñor, diseñados para que al pisarlos despidieran un sonido semejante al piar de los pájaros, advirtiendo así de la presencia de intrusos. El edificio del palacio ahora conocido como "castillo secundario" fue terminado en 1603 y actualmente mantiene su forma original.
Una gran puerta sirve de acceso al complejo.


La construcción original fue destruida por un incendio en el siglo XVIII y la estructura actual fue traída desde el Palacio Imperial en 1893. El castillo está declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.


En el interior de Nijo no se pueden tomar fotografías, así que no podemos enseñar las pinturas que adornan sus paredes consideradas las mejores obras de arte realizadas por la escuela Kano.
El corazón del castillo lo componen las salas de recepción Ninomaru, un grupo de edificios comunicados por galerías de madera cubiertas.


Pero, si algo nos ha fascinado de Nijo han sido sus jardines donde puedes pasear disfrutando de la naturaleza y tranquilidad que los rodea.




Consideramos que el castillo de Nijo es una parada obligatoria para todos los que decidáis pasar unos días en Kioto. No sólo el castillo sino los jardines, las entradas y los complejos de los palacios resultan una maravillosa visita al pasado.


Subiendo por el complejo hasta el Palacio Honmaru llegaremos a un punto donde las vistas son impresionantes; cierras los ojos y puedes sentir la tranquilidad que respiraban aquí los gobernantes nipones.


Desde aquí también tenían unas buenas vistas de los fosos que rodean el castillo.



Volvemos a bajar a los jardines y seguimos paseando tranquilamente inmortalizando imágenes que parecen postales.




Después de pasear un buen rato y sentarnos a tomar un té nos vamos dando un paseo hasta el Parque Imperial.
Este parque constituye un amplio oasis en el corazón de la ciudad. Dentro del recinto se encuentran el Palacio Imperial y el Palacio del Emperador Retirado.
Nosotros hemos tenido que descartar la visita al Palacio Imperial porque intentamos hacer la reserva en la web de la agencia que gestiona las reservas y nos ha sido imposible a pesar de intentarlo con más de tres meses de antelación! Espero que vosotros tengáis más suerte.... Nosotros nos hemos conformado con ver los muros que lo protegen.



El resto de la mañana la vamos a dedicar a disfrutar del Paseo del Filósofo. Este paseo es uno de los lugares preferidos de Kioto, sigue un canal bordeado de cerezos que serpentea a lo largo de las bonitas montañas.


Este paseo debe su nombre a un profesor de filosofía de la Universidad de Kioto nacido en 1870 que solía recorrerlo cada día para mantenerse en forma. El camino está lleno de cafeterías, tiendas de artesanía, restaurantes...
Disfrutamos del paseo y del ambiente tan bohemio que se vive en esta zona, los templos que salpican el camino están perfectamente señalizados.



Sólo tenemos pensado visitar Ginkakuji conocido como el Templo Plateado. Llegamos dispuestos a resolver el dilema que plantean la mayoría de guías de viaje donde unas lo exponen como una pieza maestra y otras creen que está sobrevalorado. 
Una pequeña puerta sirve de acceso al famoso templo.


Ginkakuji fue el retiro de montaña del sogún Yoshimasa hasta 1408. En honor a su abuelo que mandó construir el Templo Dorado, Yoshimasa quiso recubrir el templo de plata, pero la ruinosa guerra de Onin le impidió hacerlo.
Ginkakuji tiene dos plantas y está construido sobre un estanque rodeado de jardines siguiendo la estética del famoso Templo Dorado.


Junto a Ginkakuji encontramos un bonito jardín zen.




Caminamos por senderos que hay habilitados y nos damos cuenta que el plato fuerte de esta visita está en las vistas que hay rodeados de abundante vegetación.
Conforme vas subiendo el Templo Plateado va escondiéndose entre la naturaleza...


Desde el primer mirador podemos ver el fénix plateado que corona el famoso templo.


Seguimos el camino y poco a poco vamos quedándonos solos, la mayoría de gente se para en el primer mirador, nosotros os recomendamos que subáis hasta arriba porque seguro que tenéis premio...


... las vistas que tenemos son el mejor premio!!!


Después de un rato tomando fotografías bajamos por otro camino siguiendo un riachuelo; está tan cuidado que el suelo parece una alfombra verde.


Al llegar abajo salimos por la parte trasera del Templo Plateado viendo los pabellones anexos.


Después de realizar la visita completa os vamos a dar nuestra opinión: si sólo tenéis intención de ver el templo plateado quizá no sea necesario porque durante el viaje a Japón hemos visto templos mucho más espectaculares, si decidís hacer la visita completa y perderos por los caminos es una visita 100% recomendable, los paisajes que os esperan superan a muchos otros. Conclusión nosotros lo archivamos como lugar imprescindible para perderse y disfrutar de un buen rato.

Como va siendo hora de comer volvemos al Paseo del Filósofo a tomar unas cervecitas y disfrutar de sus tiendas un rato.


Ya hemos dicho que hoy nos lo íbamos a tomar con calma, cuando tenemos los estómagos bien llenos nos vamos al hotel a disfrutar de una buena siesta.
Esta tarde aprovecharemos para hacer las maletas, mañana cambiamos de ciudad y lo haremos pronto para aprovechar al máximo el día.

Nos avisan desde recepción que ha llegado Albert y nos espera en la sala  del hotel, como ya os he comentado en anteriores entradas nos conocimos en la excursión de Nikko y quedamos en vernos este día que él llegaba a Kioto.
Disfrutamos de un rato entrañable compartiendo las experiencias de ambos en el país nipón, vemos fotos de lugares que nosotros no hemos podido visitar como Nagasaki y Albert empieza a hacerse una idea de las maravillas que le esperan durante su estancia en Kioto!
Albert, se aloja en el mismo hotel que nosotros, pero, ha decidido vivir la experiencia de dormir en una cápsula. Nos ofrece la posibilidad de verlas y nos quedamos alucinados...


Este tipo de alojamiento está pensado para trabajadores demasiado cansados o ebrios para coger el último tren de vuelta a casa, pero, cada vez más turistas llegan a Japón con la idea de disfrutar de esta experiencia. Dentro de la cápsula hay de todo: televisión, radio, despertador, conexión a internet, aire acondicionado...

El tiempo ha pasado volando y decidimos seguir la conversación compartiendo una buena cena, probamos diferentes platos y no paramos de hablar como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo. Aunque estamos muy agusto, tenemos que despedirnos que mañana todos tenemos que madrugar, él empezará a descubrir Kioto y nosotros disfrutaremos de los últimos días del viaje en Osaka!






sábado, 5 de mayo de 2012

Día 13. Descubriendo Kioto!!!

Nos quedan un par de días en Kioto y los vamos a aprovechar al máximo porque todavía tenemos que descubrir algunos rincones maravillosos.
Los desplazamientos por Kioto los hacemos en autobús, en la puerta de nuestro hotel tenemos una parada por donde pasan las líneas 205 y 101 que hacen las rutas más turísticas. Os dejo un enlace donde encontraréis toda la información sobre la red de autobuses de Kioto; dejo algunos consejos para el uso del autobús en esta ciudad:
  • se accede por la puerta trasera y se sale por la puerta delantera del autobús; el billete se paga a la hora de salir en función del trayecto realizado.
  • el billete cuesta 220 yenes para trayectos por el centro de la ciudad y si viajamos a las afueras el coste depende de la distancia.
  • en la parte delantera a la altura del conductor hay un panel informativo donde podemos ver el nombre de la siguiente parada.
  • se puede comprar la tarjeta city bus all-day pass que consiste en un bono diario ilimitado que nos permitirá movernos por toda la red de buses urbanos de Kioto con un precio fijo de 500 yenes. Esta tarjeta se puede comprar en la oficina que hay al lado de la estación de trenes de Kioto.
Nuestra primera parada nos llevará a Kinkakuji, más conocido como el Templo Dorado. Después de comprar las dos entradas accedemos al templo por un camino lleno de árboles hasta llegar a un precioso jardín donde encontramos el famoso templo.


El Templo Dorado te deja sin palabras porque es impresionante. El agua del lago crea un efecto de espejo dejando una imagen espectacular.


Fue construido en 1408 e incendiado premeditadamente en 1950; la estructura de tres plantas está totalmente recubierta en pan de oro y coronada por un fénix de bronce. 



Hemos tenido un momento muy divertido cuando nos hemos intercambiado fotos con un grupo de estudiantes vestidos con uniformes tradicionales!! 


El Templo Dorado está rodeado por el monte Kinugasa ofreciéndole un telón de fondo único. Si tenéis tiempo os recomendamos pasear por los senderos que hay habilitados.


Desde la parte más alta del camino tenemos imágenes propias de las mejores postales donde la estructura dorada resalta sobre el escenario de naturaleza que le rodea!


Nuestra siguiente parada nos llevará a Ryoanji, para llegar desde el Templo Dorado tenemos la opción de coger el autobús 59 que nos dejará en la misma puerta o dar un paseo de unos veinte minutos. Optamos por comprarnos un par de refrescos y disfrutar de un tranquilo paseo.

Ryoanji también conocido como el Templo del Dragón Calmado, alberga uno de los jardines zen más famosos de Japón. Con nuestras entradas en la mano, accedemos al recinto y lo primero que encontramos es un cuidado jardín con un estanque central. 


Como hay bastante gente paseando decidimos visitar primero el interior del templo, donde podemos ver biombos y murales con grabaciones típicas japonesas.



Ryoanji fue fundado en 1450 y debe su fama al jardín de las rocas, una composición de grava blanca y 15 piedras consideradas la máxima expresión del budismo zen. Antes de acceder encontramos  una maqueta del famoso jardín.


La tradición dice que la verdadera meditación no se consigue mirando las piedras grandes sino el espacio que se encuentra entre ellas. Con la cantidad de estudiantes adolescentes que hay os puedo asegurar que es imposible meditar ni un solo segundo!!



Decidimos seguir paseando por los jardines que rodean Ryoanji y nos quedamos sorprendidos con tranquilidad que se respira; está claro que todo el mundo viene a este templo a visitar el jardín zen y dejan la visita al resto de jardines.



El camino que rodea el estanque central nos deja fotografías impresionantes: árboles cuidados hasta el más mínimo detalle, tortugas que parecen que posan para nosotros, arcos hechos con las propias ramas de los árboles... Todo esto en un silencio absoluto, no nos hemos cruzado con nadie, el momento invita a sentarte, relajarte y disfrutar de la naturaleza.





Teníamos previsto visitar el Templo Ninnaji, pero, nos han gustado tanto estos jardines que decidimos quedarnos a tomar un té en uno de sus salones.


Después de este rato tan agradable, vamos paseando hasta la parada de autobús bordeando todo un bosque de bambú.


Nuestra siguiente parada nos llevará hasta el distrito de Arashiyama situado a las afueras de Kioto. Se caracteriza por ser una zona muy tranquila a pesar de ser turística; uno de sus símbolos más característicos es el Puente Togetsukyo con el monte Arashiyama de fondo.
La avenida principal está muy animada, llena de cafeterías, tiendas de artesanía y montones de restaurantes. Si disponéis de tiempo os aconsejamos que reservéis una tarde para disfrutar de Arashiyama y así poder perderos por las calles menos turísticas donde podréis descubrir un templo zen muy bonito, pasear por un bosque de bambú y caminar por la orilla del río Hozu.
Enseguida dejamos la avenida principal y nos disponemos a disfrutar de los encantos que esconde esta zona.
Las calles parecen de postal, con los árboles cuidados hasta el mínimo detalle y templos en todos los rincones.




Seguimos disfrutando de este paseo hasta llegar al templo Tenryuji fundado en el año 1339.


Compramos nuestras entradas y accedemos al templo donde seguimos disfrutando de jardines que parecen de juguete.



Tenryuji tiene varios pabellones unidos por pasarelas de madera.


Llegamos a la zona de jardines donde se encuentra el estanque con la forma del carácter chino kokoro que significa corazón iluminado.



Tenryuji guarda un gran regalo para quienes deciden visitarlo, la salida del templo se encuentra dentro del bosque de bambú!!
Seguimos el camino que recorre todo el jardín; en este lugar reina la calma donde el único ruido viene del movimiento de los árboles y el agua del riachuelo.




Conforme nos vamos acercando a la salida el sonido del movimiento del bambú con el viento nos hace sentarnos y disfrutar.


Al inicio del bosque de bambú nos encontramos con una excursión de escolares que nos deja imágenes muy especiales.


Cuando estás rodeado de estos bambús te quedas maravillado, los troncos son altísimos y el sonido que emiten hacen de este momento un verdadero espectáculo.



En el bosque hay diferentes caminos, lo mejor es perderse y disfrutar del paisaje. Subimos por un sendero lleno de escaleras y al llegar al final las vistas que nos esperan bien han merecido la pena el esfuerzo.



Nuestros estómagos se van haciendo notar así que vamos paseando hasta la avenida principal sin renunciar a dar un último paseo por la orilla del río Hozu; hay unas barcas de recreo que ofrecen la posibilidad de disfrutar de un paseo por el río.


El Puente Togetsukyo, significa puente de la luna, con el monte Arashiyama al fondo recubierto de bosque, es el símbolo de Arashiyama más fotografiado. El paisaje es realmente bonito, atraviesa el río Kasturagawa que conecta el barrio Nishikyoku con el de Ukyoku.



Después de esta mañana tan intensa repleta de actividad nos sentamos en uno de los restaurantes a disfrutar de un buena comida japonesa. Cuando terminamos de comer aprovechamos para pasear por un poco por la avenida principal y compramos alguna cosita de recuerdo.

En Kioto las visitas culturales terminan como muy tarde a las 17:00 horas que cierran todos los templos, entonces llega el momento de disfrutar de largos paseos por los barrios de la ciudad.
Cogemos el autobús hasta la zona Nishiki Ichiba Market y empezamos conociendo la famosa calle Shijodori donde se encuentran las tiendas de conocidas firmas de alta costura, grandes centros comerciales y elegantes restaurantes. Por primera vez desde que estamos en Kioto vemos edificios altos sedes de importantes empresas.



Desde aquí vamos callejeando hasta llegar al típico mercado japonés de Nishiki, conocido como La cocina de Kioto. Aquí es donde la mayoría de cocineros de kaiseki de la ciudad compran sus ingredientes. Hay gran variedad de productos típicos y en algunas paradas venden comida cocinada.




Al llegar al final del mercado sales a las animadas calles Termachidori y Shinkyogokudori, la zona de tiendas juveniles. Un gran torii nos da la bienvenida!


Hemos disfrutado mucho de esta zona llena de contrastes, encuentras desde ropa típica hasta las prendas más estrafalarias que podáis imaginar, restaurantes de comida típica junto a conocidas cadenas de comida rápida, tiendas con música a todo volumen junto a un templo...



Nuestra siguiente parada la haremos en el barrio del Pontocho, para llegar volvemos a la calle Sanjodori y caminamos hasta el puente sobre el río Kamo.


El ambiente que hay es espectacular con músicos y pintores animando la tarde a todo el mundo, nosotros nos hemos sentado un rato a disfrutar del momento.


El Pontocho era un antiguo banco de arena y comenzaron a urbanizarlo en 1670. La zona floreció como el distrito de ocio y fue autorizado como barrio gay, papel que todavía desempeña en la actualidad.
El pasadizo del Pontocho mantiene la esencia inicial con sus tradicionales casas de madera convertidas en fantásticos restaurantes.


Aquí podemos encontrar las tradicionales casas de té donde las geishas entretienen a la clientela. Si vais atentos y tenéis un poco de suerte podéis cruzaros con una de ellas en cualquier momento!


De junio a septiembre muchos restaurantes montan plataformas sobre el canal paralelo al río Kamo, así que tomarte algo y disfrutar del atardecer desde una de estas terrazas puede convertirse en un experiencia maravillosa difícil de olvidar.



Hemos disfrutado al máximo del día, ahora ya estamos rendidos así que cogemos el autobús hasta nuestro hotel.

Mañana será nuestro último día en Kioto. El viaje va tocando a su fin, pero, tenemos claro que los viajes se disfrutan hasta el último momento. Os aseguramos que esto seguirá in crescendo hasta que cojamos el avión de vuelta a casa, pero, en ese momento no queremos ni pensar!!!!