sábado, 28 de abril de 2012

Día 12. Volvemos a disfrutar de Kioto!!!

Nos hemos despertado con el intenso sol que entra por la ventana desde primera hora de la mañana. Nos da pena irnos de Miyajima y decidimos dar un último paseo por la isla; a estas horas reina la tranquilidad porque todavía no ha llegado ningún ferry a la isla.
Vamos hasta el muelle para coger el ferry hasta Hiroshima donde cogeremos el tren hasta Kioto.


No puedo dejar de mirar atrás, las vistas de Miyajima son impresionantes. De esta isla sagrada me llevo momentos difíciles de olvidar.


Conforme avanza el ferry, el gran torii va desapareciendo de nuestras vistas...


Nos paramos a desayunar en una cafetería que encontramos al lado de la estación de tren y cuando estamos listos cogemos el tren hasta la estación de Miyajimaguchi; desde esta estación salen los trenes bala que cubren todos los trayectos . No tenemos que esperar mucho porque el shinkansen hasta Hiroshima nos sale en unos diez minutos.
En una hora y media estamos en la estación de trenes de Kioto y desde aquí vamos a nuestro hotel donde recogemos nuestro equipaje sin problemas y volvemos a hacer el check-in. 
Aunque es pronto decidimos comer y tener toda la tarde libre para visitar un par de templos y disfrutar de varias zonas de Kioto.

Nuestra primera parada cultural la hacemos en el Templo Sanjusangendo. Este templo fue construido en 1164 y quedó reducido a cenizas el 1249, volvieron a reconstruirlo finalizando las obras tal y como las podemos visitar nosotros en 1266.


Sanjusangendo es conocido por un par de aspectos, su estructura de madera es la más larga del mundo


y por albergar 1001 imágenes casi idénticas de Kannon, la diosa de la misericordia. Al entrar nos hemos quedado impresionados, en la zona central destaca la grandiosa imagen de una Kannon con 1000 brazos; sobre su cabeza hay otras diez cabezas más incluida una miniatura de Buda Amida. Dentro del templo no está permitido hacer fotos, así que nos hemos tenido que conformar con fotografiar unas imágenes que hay expuestas en el exterior.



El interior de Sanjusangendo es espectacular y los jardines que lo rodean son dignos de disfrutar. 



Desde aquí nos vamos paseando hasta nuestra siguiente parada en el Templo Kiyomizudera, pero, durante el trayecto nos llama la atención el ambiente tan diferente que se vive en esta ciudad. El ritmo de la ciudad es completamente diferente al de Tokio, aquí hay mucha más calma y es muy normal ver a mujeres en su día a día vestidas con los trajes tradiciones japoneses. 


Si hay algo característico de la ciudad de Kioto son las geishas, hoy tenemos previsto ir a Gion donde es muy frecuente verlas a últimas horas de la tarde. Mi sorpresa ha llegado cuando al cruzar una calle me he encontrado con una Geisha!! bueno la verdad es que no corresponde a la imagen que esperaba encontrar....


Seguimos nuestro paseo y empezamos ver la pagoda del famoso templo, las callejuelas están llenas de tiendas.


Cuando llegas al inicio del templo, no te puedes imaginar la grata sorpresa que te espera una vez cruzas su puerta.


Conforme vas avanzando, dejas la gran explanada con la pagoda de tres pisos a un lado y van acercándote a Kiyomizudera.


El Templo Kiyomizudera también es conocido como el Templo del Agua Pura; es uno de los templos más famosos hecho íntegramente de madera sobre una pendiente de la montaña, aguantado por un conjunto de columnas de madera.



Fue fundado en el años 778 y reconstruido en el 1633, a pesar de ser un templo budista en su interior guarda un santuario sintoísta, el santuario Jishu. 


Kiyomizudera está rodeado de naturaleza y desde sus terrazas tienes unas vistas preciosas de Kioto. El único problema es encontrar un hueco para hacerse una foto porque está lleno de estudiantes!!



En Kiyomizudera se encuentra la fuente de los tres chorros; la tradición dice que cada uno de los chorros aportan larga vida, prosperidad económica y social e inteligencia a todo aquel que la bebe. Cuando vemos la cola desistimos de seguir con esta tradición...



Después de disfrutar de este templo bajamos por Sanmezaka, conocida por como la cuesta de los 3 años, la llaman así porque dicen que si tropiezas en ella tienes 3 años de mala suerte! Pues con el montón de gente que hay tendremos que ir con cuidado... 


En cuanto podemos nos desviamos por otras calles mucho más tranquilas con casas de madera y pequeños jardines así como ryokanes, tiendas de artesanía y restaurantes. Son calles muy peculiares donde merece la pena perderse y disfrutar del ambiente.


De repente, nos encontramos con una imagen gigante de color blanco de la diosa Kannon que llama nuestra atención.


No me lo puedo creer, cuando veo a tres geishas venir hacia donde estamos nosotros. Sus vestimentas, maquillajes, modales, formas de caminar... todo encaja con la imagen que tenemos de una geisha.




Nos habían comentado que es prácticamente imposible hacerse una foto con ellas porque acostumbran a bajar de los coches y entrar en las casas en cuestión de segundos, así que cuando veo que se acercan y al verme con la cámara se paran y me invitan a hacerme una foto con ellas me quedo alucinada! Sus maquillajes, vestidos, complementos y zapatos son impresionantes, yo no puedo dejar de mirar todos los detalles.


Después de este momento único, seguimos paseando por esta zona tan tranquila rodeada de un bosque de bambú, templos y casas de té.



Nuestra siguiente parada la hacemos en el Santuario Yasaka, un pequeño templo donde contrastan sus coloridos edificios uno naranja y el otro verde. Yasaka es el centro de reunión en la celebración del año nuevo.




Nos perdemos un rato en el parque Maruyama, el lugar ideal para pasear y descansar un rato.


Desde el parque vemos el Templo Chion, llama la atención la imponente puerta de acceso es enorme y espectacular. No podemos acceder al templo porque está cerrado, aunque en las guías de viaje recomiendan su visita, ya que, tiene la campana más grande de Japón.


Ya está bien de visitar templos por hoy y nos vamos a descubrir uno de los barrios más famosos de la ciudad conocido como Gion!!

Gion es el barrio de las Geishas por excelencia de Japón y sus tradiciones y costumbres son centenarias. Es además uno de los barrios más famosos y emblemáticos de todo el país nipón. 
La Geisha es una animadora profesional con grandes conocimientos de las artes tradicionales. La profesión data del siglo XVII y actualmente se ha desprestigiado con las actividades de las conocidas como geishas onsen que ofrecen artes más sexuales que clásicos. Las auténticas geishas de Kioto prefieren llamarse Geiko o Maiko en el caso de las aprendizas de geisha.
En primavera y otoño es posible verlas en teatros, el resto del año la única manera de verlas actuar es en restaurantes, casas de té y posadas de lujo.

Las callejuelas de Gion son muy curiosas, con casas de madera, muy estrechas y llenas de restaurantes, tiendas y casas de té.





Una cosa que me ha llamado mucho la atención han sido las indicaciones del nombre de las calles que hay en Gion.


A partir de las 17:00 horas la gente se agolpa en estas calles esperando obtener una instantánea de alguna geisha. Había demasiada gente en la calle principal y nos hemos ido a callejear por las zonas más tranquilas , allí hemos podido ver más de una geisha saliendo o entrando de alguno de los locales de Gion.




Hoy tampoco hemos parado; desde que ha empezado nuestro viaje por el país del sol naciente estamos aprovechando cada momento para descubrir nuevos rincones de este país tan apasionante.
Decidimos ir a descansar un rato al hotel y salir a cenar tranquilamente. Repetimos restaurante, pero, esta vez en lugar de quedarnos a cenar en la barra subimos a la primera planta donde tienen un salón típico japonés con cojines en el suelo y planchas haciendo de mesa.
La experiencia resulta muy agradable, los platos que pedimos nos los cocinan en nuestra propia "mesa", es como asistir a clases de cocina japonesa!!


Alargamos bastante la cena recordando momentos curiosos que hemos vivido en este y otros viajes que hemos realizado, paseamos hasta el hotel disfrutando de la calma que se vive en Kioto.

Al llegar a la habitación caemos rendidos en la cama, a estas alturas del viaje el cansancio empieza a aparecer, pero, superan con creces las ganas de seguir disfrutando de esta aventura nipona!!!!







sábado, 21 de abril de 2012

Día 11. Un paseo por la histórica Hiroshima y la mística Miyajima!!!

Hoy es un día muy especial, celebramos nuestro cuarto aniversario de bodas y lo queremos celebrar de una manera completamente diferente. Nos encontramos a muchos kilómetros de casa y nos hemos reservado para este día la visita a la histórica Hiroshima y  la mística Miyahima!!!
Para no perder la costumbre, dejo a Mateo disfrutando del último sueño y me voy paseando a comprar el desayuno. La panadería francesa que hay cerca del hotel ha sido todo un descubrimiento, tienen gran variedad de productos recién horneados que hacen difícil la elección.
Después de disfrutar del desayuno, preparamos una mochila con lo indispensable para pasar un par de días fuera; el resto del equipaje nos lo guardarán en la consigna del hotel pagando unos 300 yenes.

Nos vamos hasta la estación de tren donde cogeremos el Shinkansen hasta Hiroshima; el tren bala tarda una hora y media en recorrer los 400 kilómetros que separan las dos ciudades. Para ahorrar tiempo es importante que planifiquéis bien el viaje y cojáis uno de los trenes directos porque hay otros que realizan varias paradas invirtiendo más tiempo en realizar el mismo recorrido.


Para llegar a la zona monumental de Hiroshima tenemos que coger el tranvía de la línea 2 o 6 hasta la parada "Genbaku Domu Mae" que significa, cúpula de la bomba atómica. Tardamos unos quince minutos en llegar y os puedo asegurar que el contacto con la gente fue muy diferente al que habíamos tenido hasta este momento. Un grupo de escolares nos preguntaron que íbamos a visitar de Hiroshima y al decirles la intención que teníamos nos dijeron: no seréis americanos?? Esta frase ha resonado en mi cabeza durante la visita...


Por desgracia, Hiroshima  no necesita presentación. Cada año millones de visitantes acuden a la ciudad donde tantas personas fueron borradas del mapa en tan sólo un instante de destrucción apocalíptica.
Cuando la II Guerra Mundial avanzaba tediosa, el verano de 1945 EEUU decidió utilizar un arma nueva para provocar la rendición de Japón. El 6 de agosto, un bombardero B29 dejó caer la primera bomba atómica sobre Hiroshima. Explotó a las 08:15 horas a 580 metros sobre el centro de la ciudad. Decenas de miles de personas murieron al instante y el número de víctimas ascendió a 180.000 - 200.000 durante los años que siguieron a causa de los efectos posteriores. Nagasaki sufrió una suerte similar.

Nada más bajar del tranvía nos hemos quedado mirando sin saber que decir, la imagen con la que nos hemos encontrado nos ha dejado sin palabras.


Empezamos la visita por la desgraciadamente famosa Cúpula de la Bomba. Es uno de los pocos edificios que, a pesar de estar en el epicentro, sobrevivió parcialmente a la explosión.


Es el único edificio que se le permitió permanecer en pie después de la explosión y está considerado herencia cultural de la humanidad por la UNESCO.


Verlo de cerca impacta, los montones de pared y techo que hay por el suelo y la cúpula convertida en un amasijo de hierro del que sólo queda la estructura.



Hay varios paneles informativos donde podemos ver fotografías del edificio antes de la bomba atómica.


Paseamos por la zona y cruzamos el Puente Motoyasu para llegar al Parque Conmemorativo de la Paz; desde donde tenemos unas buenas vistas de la Cúpula de la Bomba.


Nada más llegar al parque nos encontramos con el Monumento a la Paz de los niños, la figura de una niña extendiendo los brazos donde una grulla vuela sobre ella. ¿Conocéis la historia?


Sadako Sasaki fue una niña de dos años a la que pilló la bomba de Hiroshima a un 1.5 kilómetros de la zona cero. Cuando hizo 11 años y siendo una chica fuerte y atlética cayó al suelo desvanecida y le diagnosticaron  leucemia de la Bomba. Sadako se propuso hacer 1000 grullas de papel, ya que, una vieja tradición decía que los dioses le concederían un deseo, el deseo de volver a correr. No lo consiguió, Sadako murió cuando llevaba 644 grullas. Desde entonces la historia de Sadako se convirtió en un referente hasta que se hizo una estatua en su nombre y en el de todos los niños que murieron como causa de la fatídica bomba.

Nos acercamos al monumento a dejar nuestra grulla y vivimos un momento muy emocionante rodeados de estudiantes cantando y dejando sus grullas.


Paseamos por el parque hasta el Cenotafio que fue diseñado en memoria de las víctimas de la bomba atómica. Contiene los nombres de las más de 200.000 personas que murieron como consecuencia de la bomba, junto con una inscripción que reza: "Descansen en paz. Jamás volveremos a cometer el mismo error". 


Tiene una llama que sólo se apagará cuando todas las armas nucleares hayan sido destruidas, lo llegaremos a ver algún día??
Paseamos por el Parque de la Paz, me resulta complicado explicar el cúmulo de sensaciones que corren por mi cuerpo. Mateo es un apasionado de la historia, hemos visto bastantes documentales sobre Hiroshima, pero, al llegar aquí nos hemos quedado impresionados.


El parque está lleno de vida, montones de niños corren por sus cuidados jardines.


Cuando Japón se puso de nuevo en pie y la ciudad recuperó su vida normal, nadie quería olvidar aquel espanto. En el espacio desierto que había dejado el impacto inmediato de la bomba se construyó el parque y se edificó el Museo de la Paz de Hiroshima con el objetivo que nadie olvidara aquella barbarie y que nunca se volviera a repetir.
Podemos decir que es parada obligatoria para cualquier persona que visite Hiroshima; el precio de la entrada es simbólico porque cuesta menos de 1€.


El museo es extremadamente sincero y objetivo. En la primera parte te explican la historia militar de Hiroshima, en que batallas y guerras habían participado. 
Después te explican el desarrollo de la bomba nuclear. Están expuestas cartas de Einstein, el presidente Roosevelt, presupuestos y cartas de mandos militares norteamericanos explicando cuales eran los mejores objetivos. Muchos de los documentos que se exponen en el museo son originales. Al leer estos documentos te invade una sensación fría, compruebas como sabían que matarían a unas 75.000 personas siendo conscientes de que sólo una pequeña parte eran militares. 
En esta primera parte del museo, hay un par de maquetas que reconstruyen Hiroshima antes y después de caer la debastadora bomba.



El primer periodista que llegó a la zona sólo pudo tomar un par de fotografías y no pudo más porque los supervivientes que deambulaban a su alrededor por las calles se derrumbaban muriéndose, no fue capaz de continuar con su trabajo y se dedicó a socorrerlos...


Sobre el resto del museo... prefiero no contarlo porque todavía es más intenso, hasta llegar a niveles increíbles. Las explicaciones de muchísimas historias personales de aquellos días tan terroríficos, detalles,  materiales expuestos e imágenes de la cruda realidad,  han hecho que me emocione en más de una ocasión.




Al finalizar el recorrido hay un ventanal desde donde tienes unas vistas impresionantes del Parque Conmemorativo de la Paz.


Salgo del museo en silencio, impactada por todo lo que he visto, leído y oído. Mientras volvemos paseando hasta la parada del tranvía, intercambiamos opiniones de la visita a Hiroshima. Coincidimos en que no es una visita agradable, pero, sí la consideramos imprescindible! Ayuda a tener una visión clara sobre lo que sucedió y lo que nunca debe volver a suceder!!!

Nuestra siguiente parada nos llevará a la Isla de Miyajima!!

Para llegar al muelle de Hiroshima desde donde salen los ferrys hasta la isla se puede llegar de varias maneras, nosotros hemos decidimos hacer el trayecto en tranvía. No nos queremos ir de esta ciudad sin comprobar el ambiente fuera de la zona monumental.
Ésta ha sido una decisión muy acertada porque nos ha servido para darnos cuenta que es una ciudad nueva, fuera de la zona monumental no hay rastro de la tragedia.


Es hora de comer, nos ponemos a buscar un restaurante tranquilo donde poder celebrar nuestro aniversario. Después de mirar varios, nos decidimos por uno que aparentemente está tranquilo. Pedimos varios platos típicos y nos disponemos a disfrutar de un momento muy agradable...


... hasta que aparecen un grupo de señoras a disfrutar de su momento de karaoke!!! No os podéis imaginar lo que nos hemos llegado a reír, la comida no ha resultado muy íntima, pero, de lo que estamos seguros es que no se nos va a olvidar fácilmente!!! Las chicas de oro japonesas hasta nos han dedicado canciones...



Después de este momentazo nos vamos a coger el ferry, no tenemos que pagar billete porque el viaje está incluido en nuestros pases JR Pass. 

El emblema de la Isla de Miyajima es el imponente torii construido en el mar, ésto nos advierte que es una isla sagrada. Aquí no hay ni maternidades ni cementerios, ya que, está prohibido dar a luz o morir en Miyajima. Al no estar permitido talar árboles, las isla está cubierta por un impresionante bosque virgen y repleto de numerosos ciervos que viven a sus anchas.
La imagen de Miyajima varía en función de la marea. Cuando la marea está baja el torii está cubierto de barro y se puede aprovechar para ir andando hasta él; en cuanto sube la marea queda cubierto de agua dejando una imagen completamente diferente. La única manera de poder disfrutar de este momento es quedándose a dormir en Miyajima, ya que, el último ferry se va de la isla a primera hora de la tarde.
Miyajima tiene poquísimas plazas hoteleras, así que este alojamiento lo tuvimos que reservar con bastante antelación.

Conforme nos vamos acercando a la isla, la imagen del gran torii nos da la bienvenida!


El trayecto dura unos veinte minutos y os puedo asegurar que no puedes dejar de hacer fotografías porque el paisaje que nos rodea es precioso.


Cuando nos bajamos del ferry vamos caminando por la avenida principal de Miyajima que rodea todo el mar. Un gran torii marca el inicio de la zona sagrada.


En un principio habíamos pensado ir a dejar la mochila al hotel, pero, aprovechamos que está la marea baja para ir caminando hasta el gran torii.


El célebre torii flotante es aclamado por los japoneses como una de las tres vistas más emblemáticas de Japón. El primer gran torii flotante lo construyeron en la bahía en el siglo XII. La estructura actual data de 1875, tiene unos 16 metros de alto y un diseño de cuatro pilares que le proporciona estabilidad.


Frente al torii flotante se encuentra el Santuario Itsukushima. Mateo has encontrado un nuevo compañero de viaje??


Este Santuario data del año 593 y está construido sobre pilotes. La plataforma que lo sustenta es el escenario más antiguo de Japón.


Desde aquí hay unas vistas muy bonitas del gran torii flotante y de la pagoda de cinco pisos, el problema es que resulta casi imposible hacer una foto donde no aparezca grupos de estudiantes...


Miyajima aunque es un isla muy pequeña está llena de templos; el fin de nuestra estancia en esta isla no es visitar más templos, sino pasear y relajarnos. En definitiva disfrutar de una isla sagrada!!!
En cuanto nos vamos de la zona más turística, la tranquilidad se vuelve la tónica habitual. Sus casitas, puentes, riachuelos, ciervos....


Parece que estamos paseando por un escenario de cuento!


Conforme vamos paseando en medio de la naturaleza se pueden diferenciar los techos de templos y santuarios.


Hay una serie de senderos que te permiten disfrutar del Monte Misen; durante la ruta encuentras varios miradores desde donde tienes unas vistas de Miyajima impresionantes.


Nos lo tomamos con calma y cuando nos queremos dar cuenta llegamos al mirador más alto al que se puede subir andando; desde aquí podrías seguir con un teleférico hasta la cima del Monte Misen.
Desde este mirador puedes ver Hiroshima!!


Durante todo el recorrido hemos disfrutado de un silencio absoluto y no nos hemos cruzado con nadie, en un sitio así es imposible no relajarte! Al volver al pueblo nos encontramos con esta estampa tan bucólica...


Cuando volvemos al paseo marítimos vemos que el número de turistas ha descendido notablemente y la marea ha empezado a subir dejándonos una imagen del torii y el santurario diferentes a las que hemos tomado hace un par de horas.


Ya va siendo hora que vayamos a dejar las cosas a nuestro hotel; las callecitas de Miyajima son preciosas, con casitas bajas y tiendas de artesanía dándole un encanto especial.

                                      

Como he comentado la elección del alojamiento no fue sencilla, porque hay poca oferta hotelera y el precio es un poco elevado, pero, nuestra celebración se merecía darnos un capricho y vamos a disfrutar de la estancia en un alojamiento típico japonés.
Con las indicaciones que nos dieron al hacer la reserva en Guesthouse Kikugawa nos ha sido sencillo encontrar el alojamiento.


Tenemos que dejar nuestros zapatos en la recepción y el chico nos acompaña a nuestra habitación donde nos preparan un te. De momento, aquí no hay rastro de cama donde dormir; la mesa, las tazas.. todo parece de juguete!


Después de este momento de relax nos vamos a cenar; Miyajima a estas horas parece el desierto, no hay gente por las calles y las tiendas están cerradas.


Entramos en el único restaurante que encontramos abierto, pedimos diferentes platos para probar. Lo hemos pasado genial, éramos los únicos occidentales y se han portado muy bien con nosotros.

  

Ha llegado el momento de disfrutar de un momento único, reservado sólo para aquellas personas que decidimos dormir en Miyajima.
El silencio y la calma a estas horas es absoluto, conforme nos acercamos a la zona del paseo marítimo nos llama la atención que nos cruzamos con 4 o 5 personas que van vestidas con yukatas o pijamas... Hombre nosotros nos hemos relajado, pero, no hasta ese punto!!
La imagen es inexplicable, es un cúmulo de sensaciones que hacen de éste un momento mágico!!!


Estamos solos, nos sentamos y disfrutamos. La única iluminación la luna y algún farolillo y el único sonido, el mar.


El agua cubre el Santuario y el Gran Torii parece flotar sobre el agua.


Estamos seguros que ha merecido la pena. Si viajáis a Japón os recomendamos esta experiencia, a nosotros se nos quedará guardada para siempre como un momento único y mágico!


Volvemos al hotel y ya nos han preparado la habitación. Nos ponemos los yukatas y para terminar el día, vamos a disfrutar de un baño típico japonés en un onsen.


Hoy no queremos pensar en lo que tenemos preparado para mañana, seguimos pensando en todo lo que hemos vivido. Ha sido un día intenso de emociones, pero, lo hemos disfrutado al máximo. Empezar el día recorriendo la cruda historia de Hiroshima y acabar disfrutando de la magia de Miyajima será muy difícil de olvidar!!!!