sábado, 10 de marzo de 2012

Día 2. Del Tokio más tradicional al más cosmopolita en un paso!!

Me despierto temprano, estoy a 12.000 kilómetros de casa. No puedo quedarme ni un minuto más metida en la cama, tenemos tantos lugares por descubrir que despierto a Mateo emocionada. Nos damos una ducha y bajamos a desayunar con nuestra mochila colgada a la espalda. 

Estos japoneses son muy madrugadores, la sala de desayuno está llena de gente. No somos los únicos españoles en el hotel, lo descubrimos pronto porque mira que somos escandalosos. Podemos elegir entre desayuno occidental y oriental, no consigo entender como pueden comer de buena mañana ensalada y fideos!! Mientras desayunamos cogemos el plano y nos planificamos el día.

Vamos a empezar visitando la zona de Ueno, decidimos ir paseando desde el hotel y así tener contacto directo con la ciudad.
Nada más salir a la calle nos sorprendemos con el ajetreo que hay, la gente va caminando, corriendo o en bici a sus trabajos. La entrada a las estaciones de metro está de lo más concurrida. En un primer momento me llaman mucho la atención los semáforos porque cuando se ponen en verde para los peatones emiten una musiquilla que me recuerda a los dibujos japoneses.

Enseguida llegamos a la zona de Ameyoko, que diferencia el ambiente de buena mañana al que nos encontramos en nuestro paseo de anoche.


Estamos alucinados, todo nos llama la atención porque es muy diferente a lo que estamos acostumbrados! Las señales de tráfico y el nombre de las calles parecen de juguete.


Como os podéis imaginar no nos podemos orientar mucho por el nombre de la calle!!! En las calles hay paneles informativos en inglés donde te indican el punto donde te encuentras y los lugares más significativos que puedes encontrar alrededor.

La primera parada la hacemos en el Templo Yushima Tenjin Shrine que se encuentra rodeado de unos jardines muy cuidados.


Es el primer templo que visitamos en Japón y rápidamente nos vemos envueltos entre el silencio, la tranquilidad y el olor a incienso.




Nuestra siguiente parada es el Parque de Ueno. Este parque es muy popular y aparece en numerosos grabados y cuentos. Hay un estanque que cada año sirve de parada a miles de aves migratorias. El parque está salpicado de museos y templos y alberga el mejor y más antiguo zoológico de Japón.




El paseo por el parque está siendo muy agradable, se respira tranquilidad. Está lleno de senderos que te llevan hasta las diferentes atracciones del parque, los jardines están muy cuidados.
Llegamos a la Sala Kiyo-mizu, es una parte del templo original Kanei-ji dedicado a la concepción. Está rodeado de numerosas ofrendas de muñecos.



Una locomotora de vapor y una ballena azul de tamaño real marcan la entrada al Museo Nacional de Ciencia.


Nos llama mucho la atención lo limpio que está todo, no hay un solo papel en el suelo. Tienen unas señales en los jardines muy graciosas.


Nuestro paseo por el parque está llegando a su fin, así que nos salimos y caminamos un rato hasta la parada de metro. Donde menos te lo esperas y en medio del bullicio de la gran ciudad, encuentras un remanso de paz. Entramos a un templo que no había nadie y descansamos un rato, fue un momento muy espiritual!!



Nos metemos en la estación de metro y esta vez compramos los billetes a la primera!!


Vamos a la zona de Shinjuku, hemos quedado en la estación de metro con un amigo de Mateo que desde hace unos años trabaja en Tokio.
La estación de Shinjuku es la más ajetreada del mundo con una media de más de 2 millones de viajeros al día. Los pasillos que conectan las diferentes líneas de tren están llenos de cientos de restaurantes y tiendas. Es muy sencillo perderse en este laberinto de calles!


La mayoría de los rascacielos de oficinas de Tokio se concentran en esta zona de la ciudad. Más de 250.000 personas acuden todos los días a trabajar. El movimiento de gente es impresionante!


Rápido se hace la hora y volvemos a la estación de Shinjuku donde hemos quedado con Edu. Mientras esperamos no puedo dejar de mirar a todos lados y hacer fotos a todo lo que me resulta curioso. Todos mis sentidos están más que despiertos desde que aterrizamos en este país!




Edu nos ha preparado una ruta para el resto de día, así que nos dejamos llevar por su experiencia en la ciudad.
Nos lleva a comer a un restaurante muy original, tenemos nuestro primer contacto con la gastronomía japonesa y todo lo que pide para que probemos está muy bueno. El único problema que tengo es que no controlo nada el tema de los palillos, así que decido sacar mis cubiertos del bolso para asombro del camarero japonés!!!

Cuando terminamos vamos a pasear por toda la zona de Shinjuku.

Shinjuku y Shibuya, comenzaron a crecer a partir del terremoto de 1923. Se consideran el Tokio moderno: todo vitalidad y energía, de ritmo acelerado, cambiante y desafiador ante el Tokio más tradicional.
Vamos por grandes avenidas llenas de altos edificios con pantallas gigantes y centros comerciales. De todas las tiendas sale música, hay muchísimo ambiente en Shinjuku.



Shinjuku ha sido desde su creación un centro de vida nocturna, hay cantidad de discotecas. En esta zona podemos encontrar la Golden Gay y el barrio rojo de Kabukicho.


Como se nota que estamos en el país del manga!!!



Cogemos el metro y nos vamos para la zona de Shibuya, conocida por el famoso cruce para peatones.

Shibuya es el centro de ocio juvenil de Tokio. Aquí se encuentran los centros de moda más actuales, las nuevas tendencias, las frikadas más absurdas, discotecas, pubs, movimiento diurno y nocturno...
Nada más salir de la estación de metro nos encontramos con el paso de peatones, esto es una locura!!!


Las pantallas de los edificios son todo un espectáculo de luz y sonido, montones de japoneses nos rodean. La vida es muy ajetreada, van de un lado a otro en su mundo. Hay looks y modelitos de lo más llamativos, podría definirlo como Tokio en estado puro!


Edu me tiene preparada un sorpresa, según él no me puedo ir de Tokio sin pasar una tarde de compras en el centro comercial más famoso de Japón. SHIBUYA109 me espera!!!


Los chicos se cansan rápido así que deciden ir a tomarse algo mientras yo me pierdo por el centro comercial; entro en todas las tiendas. Tienen productos muy originales, aquí puedes encontrar de todo. Hay tiendas de ropa y accesorios para perros, puedes comprar de todo para tu mascota, hay cosas que no me imaginaba que se le podía poner a un perro!




Me llaman mucho la atención las tiendas de ropa manga, aquí deben comprar la ropa las famosas lolitas!


Yo no entiendo japonés y la mayoría de dependientas no entienden inglés, pero, nos hacemos entender perfectamente y cuando me doy cuenta ya voy cargando con más de una bolsa!
Así que decido ir en busca de los chicos y seguir con la ruta cultural de esta tarde. Me lo he pasado en grande!!!!

Cogemos el metro hasta Harajuku y vamos a visitar el Santuario Meiji. Es el santuario sintoísta más importante de Tokio, fue construido en 1920 y destruido durante la II Guerra Mundial. Posteriormente lo reconstruyeron en los aledaños del Parque Yoyogi.

La bienvenida al Templo Meiji la da un enorme Torii.


Paseamos por el camino de gravilla rodeados de vegetación hasta llegar al santuario. Está aterdeciendo y se respira un ambiente muy especial. Es lo que tiene esta ciudad que en un momento pasas del bullicio extremo a la tranquilidad absoluta!


Cuando llegamos al templo están cerrando, así que ya volveremos a visitarlo porque los exteriores nos han gustado y Edu nos lo recomienda encarecidamente.



Cruzamos la calle y estamos en Takeshitadori, símbolo de Harajuku. Es un estrecho callejón de 400 metros llenos de tiendas, cafés, souvenirs y comida rápida.


Entramos en varias tiendas, están llenas de frikadas! Tengo la sensación de estar dentro de un típico cómic japonés. Estamos rodeados de gente estrafalaria y lo que más me llama la atención es que la gente pasa, no se miran; no me quiero ni imaginar si más de uno de los que están aquí fueran así a mi ciudad....
La gente es muy amable, casi no vemos occidentales, así que cuando entras en sus tiendas te conviertes en la atracción del momento. Con algunas compras más nos despedimos de Edu.


Decidimos volver a Shibuya para ver el ambiente nocturno, nos ha encantado esta zona de la ciudad. Con el metro en un momento estamos en el centro de Shibuya. Ya somos unos expertos en el tema transporte, vamos como Pedro por su casa por las estaciones de metro!!!


Nos han recomendado ir al Starbucks de Shibuya por las vistas. Así que allá vamos a tomarnos un par de cafés mientras fotografiamos y grabamos el cruce más famoso del mundo. Como nos hemos reído viendo a los japoneses, nos resultan tan curiosos!



Hemos quedado con el primo de Mateo para cenar, así que vamos para el hotel a dejar las bolsas de mis nuevas adquisiciones japonesas. Antes volvemos a cruzar el paso de peatones, es toda una aventura!!!


David nos lleva a cenar a un restaurante típico japonés.


Nos sentamos en el suelo y nos dejamos aconsejar por él. Mientras esperamos a que nos sirvan la cena me quedo embobada mirando como cocinan los alimentos delante nuestro. Es todo un espectáculo!


En Japón no todo es sushi y sashimi. Probamos un poco de todo, pescado braseado, albóndigas, tofu con miel...Está buenísimo, así que damos buena cuenta de todo mientras nos ponemos al día.



Estamos muy agusto así que después de cenar nos tomamos una copa. Cuando nos queremos dar cuenta se nos ha hecho tarde y el metro ha cerrado. Así que cogemos un taxi que nos deja en la puerta del hotel.

Estamos agotados, ha sido un día de no parar, pero estamos encantados con todo lo que hemos visto. Además nos hemos reencontrado con Edu y David, que más se puede pedir?














No hay comentarios:

Publicar un comentario